Hoy os traemos uno de los platos por excelencia en estas fechas, el boletus al ajillo. Os encantará este plato otoñal. El boletus es la seta comestible más apreciada en la cocina, tanto que hasta los hay que la llaman la reina de las setas y es que de un tiempo a esta parte ha desbancado hasta al níscalo del que creía su trono.
Encontrarlo en el bosque es un premio y el degustarlo toda una recompensa. Es un alimento bajo en sodio y rico en potasio y fósforo, aunque tenemos que deciros que el selenio es uno de sus componentes estrella ya que cuenta con un porcentaje altísimo de este mineral (capacidad antioxidante). Presenta vitaminas del grupo B como el ácido fólico B9 y la niacina B3 y también cuenta con vitamina C. Y es muy beneficioso para nuestro sistema inmunológico ya que se encarga de reforzarlo.
Deciros que su carne blanca es muy jugosa, posee suavidad y dulzura y nos evoca al sabor de la avellanas. Prepararla es bien sencillo. Lavaremos la seta y la secaremos muy bien con papel absorbente, luego la laminaremos no muy fina.
A continuación pondremos una sartén con aceite e incluiremos ajos laminados también antes de ponerla al fuego. Incluimos los boletus cuando el aceite empiece a calentarse.
Esto lo hacemos porque a veces si ponemos el ajo mucho antes podemos correr el riesgo de que se queme y esto dará mal sabor.
Cocinamos aproximadamente unos 10 minutos a fuego lento, notarás como el boletus va cambiando de color y textura, cuando este dorado y blando no en exceso, estará listo.
Nosotros los acompañamos de unos huevos caseros y ha sido un escándalo de plato.