Lejos de sus orígenes humildes, ya que fueron una de las comidas más sencillas y populares de antaño, la sopas de ajo son contundentes y exquisitas. Y un plato con el que recuperar energía y disfrutar. Se le dedicaron coplillas, canciones y versos, y pasó de la humildad de una casa a la universalidad en el tiempo y es que bien sabemos que las sopas de ajo es lo que necesitamos para darnos ese baño de realidad contundente con una sopa con la que apreciarás lo magnífico en la sencillez de los productos cotidianos.
Ajos, pan y huevos y tenemos listo el puchero, pero hoy le daremos esa perfección que la sopa de ajos ha adquirido con el paso del tiempo y lo adornaremos con jamón.
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Sopas de ajo
¿Qué decirte más del plato de hoy? Evocará en ti los mejores recuerdos y con él saltará la morriña de la infancia.
Son especiales para combatir el frío ya lo dice el refrán «Cando fai un frío de carallo, toma unhas sopas de allo», vale no existe el refrán pero a partir de ahora lo citarás.
Ingredientes
- 11 dientes de ajo pelados y enteros
- 1 barra de pan de hace un par de días (la trocearemos)
- 4 huevos.
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva (un chorrito generoso)
- 3 cucharadita de postre de pimentón dulce
- 100 gramos de jamón serrano picadito
- Sal
- 1,5 litros de agua
Elaboración
El protagonista de este plato son los ajos, por lo que recuerda que este producto ha de ser de la mejor calidad. A la hora de elegirlos has de utilizar aquellos que estén bien secos, que su piel sea quebradiza y sobre todo que no tenga zonas blandas. Truco; deben parecer lo más pesados posible respecto a su tamaño y su color ha de ser blanco homogéneo.
Curiosidades sobre el ajo
Deciros que ya se consumía en Egipto hace 5.000 años y era considerado una planta sagrada. A los esclavos que construían las pirámides se les daba un diente de ajo al día para aumentar su rendimiento y la resistencia. Además fue uno de los ingredientes que España llevó a América.
Pon una cacerola con el aceite y añades los ajos en frío.
Deciros que veréis en muchas recetas «pon la cacerola al fuego y añade los ajos cuando este el aceite caliente», no lo hagáis así, os explico el por qué de echarlos en frío. Se debe añadir el ajo cuando esté aún frio el aceite para que este se vaya cocinando poco a poco.
A tener en cuenta; Mucho cuidado de que no se queme el ajo o tome demasiado color, ya que esto amargaría la comida.
Una vez notes que los ajos van dorándose y el aceite está suficientemente caliente añadimos el jamón y removemos para que se haga bien.
Notarás como el jamón se va haciendo junto a los ajos y disminuye en cantidad, apagamos el fuego y retiramos la cacerola, ahora toca añadir el pimentón con mucho cuidado de que no se nos queme. Haciendo esto nos evitamos el excesivo calor y mezclaremos los ingredientes sin miedo. Reservamos.
A continuación cogeremos el pan del día anterior (duro, o como lo llamamos en Galicia reseso). Deciros que esta sopa es una comida de aprovechamiento, recuerda no tiramos nada, creamos nuevos platos.
Incluímos a la cacerola el pan y añadimos el agua que llevaremos a ebullición, cuando pase esto bajaremos el fuego y dejaremos que se vaya haciendo a fuego bajo durante unos 10 minutos, notaremos como el pan se deshace. Es en este momento cuando añadimos la sal pero ten en cuenta que el jamón serrano le va a dar mucho sabor, por lo que es mejor echar poca, si es necesario se rectificará al final, en este caso más vale que falte la sal que sobre.
Ahora toca batir bien los huevos y añadirlos a la sopa.
Debemos dejar que cuajen, una vez cuajados apagaremos el fuego y si hace falta corregimos de sal.
Emplatar
Lista nuestra espectacular sopa de ajo. Retirar y servir bien caliente.
Se puede servir en un plato sopero o en un cunco.
Espero que os haya gustado, un plato sencillo y del que puedes disfrutar en cualquier momento, ya sea de primero o de cena.
Otra forma de hacer las sopas de ajo
Deciros que hay los que cortan el pan en rodajas y lo fríen en el primer momento junto a los ajos y el jamón. Y los que escalfan el huevo en el último momento y sirven la sopa en cazuelas y con el huevo por encima. En cuanto al ajo entero o picado, dependiendo de tu gusto.
Ricardo de la Vega S.XVIII y XIX le dedicó unos versos a la sopa de ajo
Siete virtudes tienen las sopas,
quitan el hambre, y dan sed poca
Hacen dormir, digerir y nunca enfadan y siempre agradan
Y crían la cara Colorada.