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Cachopo relleno de cecina y queso de cabra

Hola soy Elena de cocina con Elenauna loca amante de los fogones, volvamos a recuperar las viejas recetas de las abuelas, esas que se cocinaban con amor y paciencia.

Hoy os traigo el cachopo, una receta asturiana que no es más que un doble filete empanado que esconde un relleno suculento. El que hemos elegido nosotros es una pasada. No te quiero hacer la boca agua, pero el relleno era de queso de cabra, cecina de vaca, queso y más cecina…para la presentación mermelada casera de tomate con orégano y el queso mozzarella rallado por encima que le da un sabor aún más rico.

Cachopo relleno de cecina y queso gratinado

Ingredientes para dos personas

  • 4 filetes de ternera gallega para empanar (recuerda que cada cachopo lleva 2 cada uno de 120 gramos)
  • 6 lonchas. de cecina muy fina
  • 40 gramos de queso de cabra
  • huevos para rebozar
  • harina para empanar
  • pan rallado
  • aceite de oliva virgen extra suave para freír

Para presentar

  • 50 gramos de queso rallado mozzarella para encima
  • mermelada casera de tomate
  • orégano
  • pimientos de Padrón

Elaboración

Filetes

Lo primero que haremos va a ser preparar nuestros filetes. Haremos los filetes del mismo tamaño y los aplanaremos con un rodillo

Un truco

Para que los filetes no se te peguen al rodillo coloca papel de horno encima del filete.

Una vez los tengamos listos los salpimentarlos y los extendemos en el plato o sobre una tabla, poniendo juntos los más parecidos en tamaño y grosor de no serlo recortaremos la carne igualándolos o aplastaremos más.

Relleno

Una vez tengamos los filetes listos, iremos poniendo encima los ingredientes del relleno, admite muchos rellenos queso y jamón, hasta pimiento morrón. Nosotros pondremos el queso de cabra, la cecina, el queso y la cecina procurando que no sobresalgan por los bordes. Ahora toca tapar cada uno de nuestros cachopos con el otro filete, el que hará de tapa. Una vez tengamos los dos filetes y su relleno en medio los aplastaremos un poco para que se unan bien, presionaremos bien los laterales de los filetes y los cerraremos con palillos.

Ponemos una sarten amplia al fuego con abundante aceite. Es importantísimo que el aceite sea suave este limpio y sea de calidad, esto hará que no aporte mucho su sabor a nuestros cachopos y estos no absorban mucho aceite.

Rebozado

Ahor toca el rebozado los pasaremos uno a uno por harina, el huevo batido y el pan rallado. Lo mejor es poner tres platos con los ingredientes e ir paseando el filete por ambos lados por cada uno de ellos.

Freír

Cuando empiece el aceite a humear (muy caliente), toca freír los cachopos procura no juntar los dos, mejor uno a uno hasta que se doren y queden hechos por dentro. El freir no es que tenga mucha ciencia pero sí unos pasos importantes aceite muy caliente,, cuando este dorado el filete por una parte, le damos la vuelta para que quede bien crujiente por las dos partes.

Una vez estén listos los cachopos, lo más importante de este plato es el escurrir el exceso de aceite sobre un papel absorvente de cocina y servirlos recién sacados de la sartén e indicar que se tenga paciencia porque es difícil de resistirse a no hincarle el diente. Espero que os haya gustado y lo hagáis muy pronto.

cachopo

Presentación

Todo casa bien con el cachopo pero con unos pimientos de padrón lo harás más gallego.

Os recomiendo acompañarlo con mermelada de tomate casera por encima y queso rallado. Recién salga de la sartén nuestro cachopo lo pones al gusto y se fundirá con el calor residual o si lo prefieres, le das un golpe de gratinado al cachopo.

Orígen del cachopo

Las primeras referencias sobre el cachopo asturiano las recoge el doctor Gaspar Casal Julián que fue un médico y epidemiólogo español, una de las figuras más importantes de la historia de la medicina española, sobre todo del siglo XVIII. . Como curiosidad fue el primero en describir el llamado mal de la rosa (pelagra), una enfermedad producida por un déficit de vitamina B3 (niacina).

La popularidad de este plato el cachopo se produce en la década de 1950, cuando el restaurante Pelayo de Oviedo los incorporan al menú.

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