Vamos a preparar una tarta rellena con una masa de harina de almendras deliciosa. Es una tarta muy húmeda que quedará como una especie de mazapán cocido. La masa de la tarta es una masa de tipo sablé.
La masa sablé o sablé bretón es una masa de las básicas para tartaletas, tartas, galletas, etc. Sablé en francés, que es su origen, se traduce como arena y es que asemeja esa textura. Aunque el nombre le viene de la técnica utilizada para elaborarla, “sablaje”, El sablaje es la técnica en la que se mezcla la harina con la grasa de la receta para que la harina se vuelva impermeable y así la crema o relleno de la receta, sea una tarta o tartaleta no humedezca la masa. La ventaja de esta receta es que no tenemos que preparar y cocinar previamente la masa sablé en el molde y luego hacer la tarta, lo vamos a preparar todo en el mismo horneado, haciéndose al mismo tiempo la masa sablé y la tarta.
Contenido
𝐓𝐚𝐫𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐝𝐫𝐚𝐬 𝐲 𝐟𝐫𝐚𝐦𝐛𝐮𝐞𝐬𝐚𝐬
Para hacerla necesitarás:
Ingredientes
Para la masa de tarta:
- 150 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- ½ cucharadita de sal
- 50 g de azúcar blanca
- 1 huevo
- 250 g de harina
Para el relleno de almendras:
- 180 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 180 g de azúcar blanca
- 3 huevos
- 210 g de harina de almendras o almendra molida
- ¾ de cucharadita de sal
Para el armado de la tarta:
- 200 g de frambuesas
- 6 cucharadas de mermelada de frambuesa
- 30 g de almendras laminadas
Un molde de 20 – 24 cm a ser posible desmontable.
Elaboración
Empezamos preparando la masa de la tarta, el “contenedor” de nuestra tarta. Si utilizas una amasadora o robot pon en el bol la harina, el azúcar, la sal y la mantequilla cortada en cubitos, bate hasta que la mantequilla se integre con los demás componentes secos y quede como unas migas sin apretar, (eso es el sablaje), luego batir el huevo y añadirlo, seguir mezclando un poco hasta que tengamos la masa.
Si lo hacemos a mano, Usa unas varillas para mezclar la mantequilla con el azúcar y la sal hasta que se vea cremoso y homogéneo. En este momento podrías agregar también especias y ralladuras de cítricos si quisieras. Agrega el huevo y mezcla hasta que se vuelva a poner cremoso (al inicio parecerá que se cortó).
Agrega la harina e incorpórala con una espátula. Cuando la espátula ya no te ayude, mezcla con tus manos. Pasa la masa a una mesa limpia y termina de mezclar hasta que no se pegue a tus manos. No amases más de lo necesario, solo lo suficiente para que quede bien mezclado.
Ahora que ya tienes una bola de masa, estírala entre dos pliegos de papel para hornear. Tiene que quedar de 2 mm de grosor más o menos. Cuando hayas logrado esto, lleva la masa (con papel y todo) al frigorífico por 2 horas o hasta que esté dura y máximo por 2 días si quieres esperar más tiempo.
Yo la puse primero sobre un papel de horno, luego otro por encima y empecé a estirar con el rodillo hasta tener una forma más o menos redonda. Puse por encima el fondo metálico de mi molde de hornear de 24 cm y así calculé la masa recortando con un cuchillo lo sobrante que volví a juntar en otra bola pequeña.
Dejé la masa al tamaño adecuado tapada entre los dos papeles de horno y para que no se deformara le puse debajo el fondo metálico de mi molde de hornear y así la metí en el frigorífico, la bola de masa restante no hace falta meterla en el frigorífico. Puedes utilizar también una tabla de cortar para mantenerla así bien plana. El objetivo es tener una base firme de sablé.
Pasado el tiempo, retiramos la masa del frigorífico, despegamos el papel de hornear y si no lo hicimos antes recortamos al tamaño de la base de nuestro molde y con cuidado la colocamos encima de la misma, si se parte, presionamos con cuidado y la volvemos a unir.
Para los lados de nuestro molde estiramos con el rodillo la bola de masa reservada y cortamos tiras un poco más anchas que el alto del borde de la tarta (3,5 – 4 cm). Ponemos una tira a la vez en el borde, presionando con cuidado para que se pegue al molde, debe quedar bien unida al molde para que luego no se despegue al cortar la tarta.
Utilizamos un cuchillo pequeño sin dientes para cortar el borde al ras del molde, quitando el exceso que se forma cuando presionamos la masa contra las paredes. Con esto ya tenemos “forrado” el interior de nuestro molde. Con la masa que nos sobre podemos hacer alguna galleta.
En el fondo de nuestra sablé colocamos con una cuchara 6 cucharadas de mermelada de frambuesa, bien esparcida. La metemos un poco al congelador o al frigorífico si es que no nos cabe para darle firmeza a ese fondo de mermelada (10 – 20 minutos).
Vamos ahora a preparar el relleno de almendra. Con las varillas o amasadora mezclamos la mantequilla, el azúcar, la sal y la harina de almendras, luego añadimos los huevos uno a uno mientras mezclamos hasta obtener un relleno ligero.
Cuando ya lo tenemos sacamos nuestra base del frigorífico y la rellenamos con la mezcla de almendra anterior esparciéndola bien por toda la superficie. Incrustamos las frambuesas por toda la superficie, pero sin hundirlas del todo y por encima repartimos las almendras laminadas procurando no tapar las frambuesas.
Precalentamos el horno a 150º C con calor arriba y abajo. Cuando ya lo tenemos metemos la tarta en el último estante de la parte baja por 30 – 40 minutos dependiendo del horno. O hasta que vemos que metiendo un palillo en la masa sale limpio y procurando que no se quemen las almendras.
Sacamos, dejamos enfriar y desmoldamos. Tarta súper deliciosa, la parte del exterior es como comer una galleta y la parte interna como dije en un principio, es como si fuese un mazapán. ¿Te atreves a hacerla?
Receta cedida por Juan Antonio Bello Souto
Informático, motero, amante de los viajes, la música, la fotografía y la cocina rica.
Mis recetas
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