Tarta de queso

A algunos nos ha tocado celebrar el cumpleaños en el confinamiento. Ayer me tocó a mi. Este año ha sido distinto, una situación diferente para cumplir años pero ha sido muy especial porque hemos tenido el mejor regalo para soplar las velas con fuerza y celebrarlo como tiene que ser, con felicidad, salud y mucho amor y por ello doy las gracias! Me apetecía que supierais un poquito más quién soy. Me llamo Loli y soy una ama de casa y una gran amante de mi tierra: Baiona. ¡Soy aficionada a fotografiar los paisajes que me rodean y a disfrutar cocinando para los que más quiero! Me conocen como @Loroma61 en Twitter y espero que os gusten mis recetas y las compartáis con tanto cariño como yo estoy haciendo. Esta tarta de queso ha sido mi tarta de cumpleaños es una de mis tartas preferidas.

Contenido

Ingredientes

1 kilo de queso mascarpone
350 gramos de azúcar
2 1/2 cucharadas soperas de harina de maíz
500 ml de nata (35% MG)
6 huevos caseros medianos

Preparación, paso a paso

Precalentar el horno a 175º calor arriba y abajo. Preparar molde de 22 cm y forrarlo con papel de horno.

Ponemos un bol grande y por orden de ingredientes. Vamos mezclando, no batiendo. No añadir el siguiente ingrediente si no está el otro bien integrado.

Queso, azúcar, harina de maíz, nata y los huevos que añadiremos de uno en uno, tiene que quedar una crema espesa (sin burbujas).

Lo ponemos en el molde y lo metemos en el horno a la misma temperatura 175º durante una hora aproximadamente. Los primeros 40 minutos a 175º, los 20 minutos que faltan pondremos el horno solo con calor para abajo. Dejar enfriar totalmente dentro del horno con la puerta un poquito abierta.

Lista para comer! Espero que os haya gustado esta especial receta

Curiosidades de la tarta de queso

Pocas recetas tienen tanta historia como el pastel de queso, también conocido como «cheescake». Se dio a conocer por primera vez en la antigua Grecia durante la celebración de los Juegos Olímpicos del 776 a.C. y que se añadía a la dieta de los atletas de entonces por su gran aportación energética, resultado de la combinación de ingredientes que lo formaban. Cuando los griegos fueron conquistados por los romanos, éstos transformaron la receta de Ateneo agregando un nuevo ingrediente el huevo y horneándola con ladrillos calientes. La llamaron libuma y sólo la servían en ocasiones especiales.